sábado, 17 de septiembre de 2016






Bajo el tul de tus manos infinitas
se evapora el misterio de la carne
y el licor del deseo se condensa
en la fina redoma de tu boca
luego que serpentines de tu cuerpo
claudicando al incendio de mi alma
subliman las urgencias de la sangre
tornándolas alcohol que me enajena…

Eres el sedimento con que extingo
neurosis, ansiedad y desarraigos.

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