miércoles, 21 de septiembre de 2016

Perspectiva desde puna


                                                                                                Foto de: María Paula Giraldo Tabares


Busqué altura para analizar tu partida y constaté por qué, nunca percibí tu proximidad y sí tu hábito para vivir de espaldas; los espejos son brutalmente sinceros y, con tomar la distancia adecuada, puntualizan los espejismos; nunca pretendí un ‘camino de rosas’, pero la senda de cantos permanentes, sobre todo si han sido dispuestos para simular una vía estética, no es la que fortalece el pie de amigo y menos la que estimula sondear horizontes. Pretendiste involucrarme en tu mecanismo, pero le faltó aceite al gozne y los pernos en el quicial de balsa de tu ser no soportaron el peso específico de las alas de mi espíritu: soy mirador de cristales de roca y no terraza rústica donde disfrutar de un recreo y menos terreno dónde escenificar combates; el campo está abierto para que practiques a atrapar seres frágiles, de factura común; porque los arquetipos, deberías saberlo, somos objetos de preservación y no modelos de exhibición para jactancia y presunción. Con objetividad, no te estoy devaluando; justiprecio tu naturaleza y condición y me satisfago con mi perspectiva de puna: no hay nada de mayor valor que un mañana descodificado; contender con argumentos para vivir en paz, cohesiona más que argumentar desacuerdos para vivir en guerra. ¡Yo sé: “no he de olvidarte nunca, pero te digo adiós”!

No hay comentarios:

Publicar un comentario