domingo, 9 de octubre de 2016

AL MAR OS TORNASTE MARINERA



                                                                          -Homenaje prestado-
                                                                           A: Marian Raméntol Serratosa


Antes de que a alguien se le ocurra nombrarte antes que yo
La leyenda dirá que este año los vientos soplaron en su contra y el miedo fue un dios de pacotilla.

Me queda el dolor del barro cuajado en las pupilas, los sueños obesos de tristeza;
Allí quedó encogida toda la ausencia pasando el aspirador sobre los días
Rosa donde revientan mis edades, cada vez más pequeñas, un par de sueños durmiendo sobre papel de periódico.

Olor a frío escondido, un nuevo caldo para ese invierno que es mi cúpula,
Sigues llena de julio, con el mar caminando hacia el aire roto, con los puños.

Te me fundes en la arena de un piano de cola muy negro reventada de amor y agua.
Oigo los altavoces que te cuelgan de los pechos y puedo imaginarte más madre que nunca
Respirando la timidez del día y la infinita distancia de mi nombre, última sombra sin aliento
No me convence el discurso de la fotografía que te imagina todavía en la alacena, donde va de visita el corazón
Asumiendo el riesgo de los acentos en los límites atroces de tu huida sin heroicidades.
Sobre la tibieza horizontalmente húmeda que te imagina una y otra vez más madre que nunca,
Te acompañan mis venas de cáñamo con el perfume más triste amarrado a la ventana.
Entre los pinchos de un poema cerrado el dolor se añade a sí mismo y llora sobre mi lápida.

Me quedo quieta en el poema, en este campo de batalla donde quien puede muere,
Abrazada a fantasmas desmedidos que nos susurran el terror a sobrevivir,
Recorriendo unos pocos metros de libertad antes de llegar al cementerio de dos por tres,
Ida hacia el recuerdo, y que la vuelta me emplace en digno olvido, sin prescripción de fechas.
Necesito una mejilla como último servicio al sufrimiento anónimo de mis letras intermitentes,
Entre las piernas un millón de acordes de tu fuga sueñan con morir en el próximo parto.
Rompe la muerte como un punto de libro ecológico, y todo lo que queda, es un pulmón sudoroso.
Antes del anochecer, levanto los puentes levadizos y reconozco en la mirada de un niño el gesto del mar.




Acotación: Este poema hace parte de lo que he llamado Acrósticos Anagramáticos debido a su constitución: las primeras letras de cada verso forman el acróstico y a la vez configuran el anagrama del nombre del poeta al que hago el homenaje. Digo 'homenaje prestado' porque los versos en su integridad están extraídos de diferentes poemas, todos exclusiva creación de dicho poeta.
Fue publicado por primera vez en: Marian Raméntol: Acróstico Anagramático de Omar Crosa. Medellín.

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