domingo, 27 de noviembre de 2016

Confidencia




Bato como una palma mis miserias
al aire, me contengo para no caer
contra la raíz, que me sostiene
a las penas de las que me nutro
como mortal, condenado que soy
al suplicio de los vendavales
y a la esclavitud del sustento
pagado, con el perlado de sangre filtrada
que transfiero al poema, que vive
en las neblinas de los ojos que lee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario